Estos arquitectos están ayudando a la comunidad Maya

Ecohostal en comunidad Maya, Campeche.

La iniciativa Alto Lab México construyó un eco- hostal en el ejido 20 de noviembre, en la Biosfera de Calakmul, en Campeche, que además de ser sustentable tendrá armonía con las construcciones mayas de la comunidad.

Dicha construcción comenzó en el 2014, y es sustentable en su totalidad por la cooperación de la empresa Yectlahuilli Ingeniería Sustentable, quien aportó su experiencia y uso de paneles solares para el consumo de energía.

Los fondos para lograr llevar a cabo este proyecto se recaudaron mediante una campaña con la Transformadora Ciel, y al final del año se tuvo respuesta positiva por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia.

De igual forma, se donaron dos computadoras para que los niños puedan seguir con sus estudios, cabe mencionar que estas son cargadas totalmente con energía solar.

Dicha construcción contará con una tienda para las artesanías de la comunidad, comedor, dormitorios, y la idea de baños secos que desarrollaron los alumnos del Tecnologico de Monterrey para la nueva etapa de Aalto Lab México, la cual fue creada a partir de la escasez del agua en la comunidad.

En la estrategia del Hostal colaboraron el Tec de Monterrey y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El plan surgió en el 2012, y surgió del proyecto interdisciplinario e intercultural creado en la Universidad Aalto, Finlandia.

Uno de los principales objetivos de esta iniciativa fue la unión de las universidades, empresas, y la sociedad para trabajar juntos por la sustentabilidad, el aprendizaje, y el involucramiento de la cultura en múltiples áreas y niveles.

Además dentro de esta misma se fusionaron tres proyectos; Uno de ellos fue “Artesanía para el bienestar”, con este se buscó mejorar el poder adquisitivo de los pobladores para que les permitiera tener acceso los sistemas de seguridad social. Esto junto con el apoyo de la empresa “Peek Toys”, la cual se dedica a elaborar juguetes de diseñador relativos a distintas culturas mexicanas, se imprimió el prototipo de etiquetas.

La idea de esto es que la comunidad pudiera seguir haciendo sus artesanías y que al agregar las etiquetas se obtuvieran más recursos de cada venta, así el cliente tiene la posibilidad de decidir sí paga 10 o 20 pesos extra por el artículo, dinero que se va a un fondo para satisfacer las necesidades de salud.

El segundo proyecto se enfocó en rescatar la arquitectura tradicional maya, y en hacer un modelo de vivienda sustentable. Mientras que el último se centró en los sistemas de agua, desde el uso que le da la comunidad hasta la obtención del líquido.

Emprendedor con sentido social y humano

¿Por qué hacer arquitectura de tan buena calidad solo para las personas que tienen los suficientes recursos económicos? ¿Por qué no ayudar para que se preserve la cultura de estas personas que tienen tanta cultura e historia? – Alín Flores, estudiante del Tec de Monterrey.

Cuando el equipo de trabajo llegó a la comunidad, se encontró con personas que le dieron una gran aceptación. La clave, aseguraron los integrantes de este, ha sido la dedicación de la maestra Claudia Garduño quien durante años de trabajo ha creado y mantenido un vínculo de confianza.

“Son muchos los problemas que enfrenta la comunidad del 20 de Noviembre, entre ellos se encuentra la falta de agua, el poco apoyo del gobierno, la poca asistencia médica, el bajo ingreso económico, sin embargo, se encuentran decididos a hacer frente a los problemas y eso se observa el participación del proyecto. El gran trasfondo político del proyecto es hacer que la gente también alce la voz, que ellos mismos sean participes del proyecto y que su cultura no muera, no es que no se transforme pero que transforme con su participación. Por eso, es importante no olvidar que unidos las cosas funcionan mejor”, comentó la maestra Claudia Garduño García.